Entre las razones por las que una compañía puede decidir cotizar en un mercado de valores se encuentran las siguientes:
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Captar recursos a largo plazo.
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Permitir la desinversión de los accionistas.
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Establecer una estructura accionarial más adecuada.
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Facilitar la valoración de la empresa.
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Acceder al mercado de capitales regularmente.
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Facilitar la realización de operaciones societarias.